miércoles, 29 de abril de 2009

La decadencia de la bolita - Alejandro Dolina

Resulta difícil hablar sobre la desaparición del juego de la bolita sin entrar en espinosas controversias.Desde luego se trata de un asunto complejo y puede ser examinado según criterios muy diferentes.

Las personas sencillas afirman simplemente que se trata de una decisión de los chicos, arbitraria, inexplicable y -por lo tanto- indigna de ser discutida.Los psicólogos, antropólogos, electrotécnicos y aun los contadores suelen llamar la atención sobre la influencia de otros entretenimientos de emoción mas sostenida, como la televisión, el billar japonés, el cerebro mágico o las palabras cruzadas.

Los Refutadores de Leyendas niegan que haya existido jamás un juego semejante y se oponen con argumentos inexpugnables al mito de la vieja niñez romántica.Por el contrario, los Hombres Sensibles aseguran que la desaparición del juego de las bolitas es el resultado de una conjura universal.Este punto de vista es muy interesante y vale la pena elucidarlo.En su monografía Faltan Bolitas, el pensador de Flores, Manuel Mandeb, plantea un interrogante que nos deja perplejos. Veamos."... Este juego parece haber empezado a languidecer en 1960. Pero puede afirmarse que en ese momento ya hacia por lo menos cincuenta años que se jugaba. Entonces había veinte millones de habitantes en el país, y no era demasiado audaz afirmar que, en el medio siglo de su auge, el juego de la bolita había sido practicado por diez millones de individuos en uno y otro momento de sus vidas. Ahora bien: cuantas bolitas poseía cada niño aficionado, como promedio? Digamos cincuenta. Multipliquemos: cincuenta por diez millones. Son quinientos millones de bolitas. Bien, volvamos al presente: alguno de ustedes ha visto una bolita en el ultimo año? Seguramente no. Yo pregunto: donde están los quinientos millones de bolitas? Quien las tiene?"Y no me digan que el tiempo las destruyo porque el viento y la lluvia no son suficientes para destrozar una bolita..."...Las canchas han sido arrasadas y hasta pavimentadas, los hoyos fueron rellenados, los jugadores se han visto tentados por otras disciplinas. Alguien esta borrando todo vestigio del paso de las bolitas por esta tierra..."Inspirado quizás en el trabajo de Mandeb, este texto pretende asentar las reglas, la técnica y la estrategia de las bolitas.

La tarea no es tan fácil como parece. A favor de la campaña desarrollada por los Refutadores de Leyendas y Los Amigos del Olvido, casi nadie recuerda los reglamentos.Por lo demás, todos sabemos que en cada cuadra había matices en la interpretación de cada norma lúdica.No obstante, luego de la publicación de esta nota, es probable que algún pequeño numero de Pibes Sensibles se ponga a jugar, aunque mas no sea a modo de desplante ante el Universo.

I- LAS BOLITAS

Se trata de pequeñas esferas, casi siempre de vidrio. Su diámetro es variable: las mas chicas se llaman "piojos" o "pininas", las medianas son las mas frecuentes y están también las grandes o "bolones", que suelen utilizarse en el juego del Triangulo.Años atrás podían reconocerse diferentes pelajes de bolitas.Las mas hermosas eran las "lecheras". En ellas predominaba el blanco, siempre mezclado con algún otro color. Eran semiopacas, no se podía ver a trabes de ellas y la variedad de diseños y combinaciones era enorme.Estaban también las semitransparentes, de colores fríos, casi siempre verdes o azules. Eran como cachos de sifón. En el interior a veces se adivinaba un filamento gelatinoso y mas bien repugnante. Salvo excepciones, eran unas bolitas de porquería.Sin embargo, la ultima generación de niños jugadores solo conoció esas bolitas.Las lecheras desaparecieron misteriosamente. Miles de personas jamás han visto una. Las mas recientes son las llamadas "bolitas japonesas" mas livianas que las convencionales, y totalmente inútiles para jugar.Su aspecto es el de una esfera transparente con un papelito de color en su interior.Todo niño poseía una bolita preferida, que era la que utilizaba para jugar.Se la llamaba "puntera". El resto de las bolitas servia para pagar las deudas provenientes del juego. Si acaso una racha adversa obligaba al niño a entregar la puntera, se le otorgaba a esta noble bolita el valor de cuatro o cinco.También pueden citarse -como curiosidad- las bolitas de barro, los aceritos y hasta las de plástico (indefectiblemente ovaladas).La identidad de los fabricantes de bolitas es un enigma. Nunca hubo marcas, ni envases ni publicidad. Algo muy raro debe haber en todo esto.

II EL JUEGO DEL HOYO Y LA QUEMA

Pueden participar dos o mas jugadores, El juego tiene lugar en una cancha de unos 5 metros de largo por 2 de ancho. La superficie de este terreno debe ser de tierra, pareja y árida, tal como la de las canchas de bochas aunque no tan blanda.Es de buen gusto que un pequeño árbol se situé en uno de los costados.En realidad, los mejores lugares para instalar canchas de bolitas son los rectángulos de tierra que existen en las veredas del Gran Buenos Aires. En la Capital, como se sabe, las veredas llegan hasta el cordón y los espacios sin baldosas que rodean a los árboles son insuficientes. Por eso los chicos de la Provincia han sido siempre mas diestros en este juego.Hay cuatro líneas que limitan la cancha y una que la divide en dos, llamada "mita". En el centro exacto de una de esas dos mitades, se encuentra el hoyo.Y hache nos topamos con otro punto de discusión. Algunos prefieren excavar el hoyo con una chapita de naranjin. Otros entierran una bolita y, después de extraerla ensanchan el cráter resultante. Los mas desaprensivos clavan el taco en la tierra, y lo hacen girar, obteniendo de este modo enormes cacerolas que desvirtúan el carácter del juego.Los jugadores se sitúan detrás de la línea de salida, que es la línea mas corta mas lejana del hoyo. Uno a uno van lanzando sus bolitas, tratando de colocarlas en el lugar mas cercano al citado agujero. Esto es de capital importancia, pues después del tiro de salida, el primero en jugar será quien se encuentre mas próximo al hoyo. De este modo, si uno observa que el jugador anterior ha conseguido arrimar demasiado bien, mejor será que no trate de superar esa marca y busque los lugares mas seguros de la cancha.El objeto del juego, aclaremos, es embocar en el hoyo y hacer impacto en las bolitas de los contrarios ("quema"). Los jugadores "quemados" van egresando del juego y pagando a quien los quemo. Cuando queda solamente uno, termina la ronda y comienza otra.Cada participante va evolucionando con su bolita conforme a una cierta estrategia. Algunos persiguen a su presa y se van acercando cada vez mas, aun a riesgo de quedar ofreciendo un blanco fácil. Otros buscan siempre los lugares lejanos y hacen tiros largos (es decir "rugen"). Si una bolita sale fuera de la cancha debe permanecer en el lugar donde ha quedadopara que los otros jugadores le tiren, si así lo desean. Al corresponderle nuevamente el turno, el jugador podrá efectuar su tiro desde cualquier punto de la línea atravesada por su bolita al salir.

III LA BOLITA Y EL CANTO

Para obtener prioridades y anunciar decisiones o reclamar la vigencia de ciertas reglas es necesario -en la bolita- pronunciar a voz en cuello algunos conjuros predeterminados. Veamos una pequeña colección de ellos."Bolita cola": es en realidad la invitación o desafió a jugar y también la reserva del privilegio de tirar ultimo. También puede decirse "Bolita cola, no puntie", esclarecedora frase que indica que uno no tiene intenciones de someterse a ningún "punteo" o arrimada previa, para establecer el orden de salida."Mita al medio, buena al tiro": canto que solo puede realizar el que tira ultimo en la salida. Si el tipo considera que alguno de sus rivales esta demasiado cerca del hoyo, le suelta el canto y le da el hoyo por embocado.Pero -eso si- lo obliga a poner su bolita en la mita, expuesta a su disparo inicial."Buen repe": ante la proximidad de la pared, se grita este conjuro para indicar que si el impacto se produce de rebote, también será valido. El canto contrario es "mal repe"."Pica paso": declaración de voluntad que asegura la posibilidad de colocar nuestra bolita a un paso de distancia, si un pique traicionero la pone a merced del rival. Algunos niños tahures suelen retrucar "de hormiguita", para reclamar que el paso sea pequeño. "Voladora", agrega, entonces el primer niño. Y se manda un paso de cuatro metros. También puede aullarse "pica no paso"."Cuantas quiera": Como el jugador que emboca en el hoyo o realiza una quema vuelve a tirar, muchos niños proceden a sacudir tres o cuatro quemas seguidas a la misma bolita, con el fin de irse acercando a otros objetivos. Para poder hacerlo debe pronunciar las palabras que encabezan este fragmento."Corta, retira no garpa": salvedad con que el pequeño que va ganando anuncia su derecho a abandonar el juego en cualquier momento, sin que este raje le resulte oneroso."Bien sonati": exigencia mas bien ranfañosa, según la cual se pretende que los impactos hechos en nuestra bolita hagan ruido o no se paguen."Mueve pajita, garpa bolita": pareado pentasílabo que es de lo ultimo y se profiere cuando la bolita contraria esta en medio del pastito.Existen infinidad de formulas "buena línea recorrida", "hoyo antes de quema", "buena mengua", etc. Cuando se quieren evitar los roces que provocan estos cantos, se juega "a todas buenas", es decir, sin cantar.

IV COMO EMPUÑAR LA BOLITA

Para efectuar el disparo, debe colocarse la mano izquierda alzandose sobre sus dedos en el punto exacto donde estaba la bolita. La mano derecha descansara sobre la izquierda y empuñara la bolita. Los zurdos harán exactamente lo contrario.Hay dos formas clásicas de tomar la bolita: la antigua, despreciada muchas veces, y la moderna. En la primera la bolita se aloja detrás del índice. En la segunda, detrás del mayor, sirviendo el índice como guía o mira.Hay algo mas. Algunos pibes muleros suelen extender la mano hacia adelante acercándose a la bolita del adversario. Esta demasía se conoce con el nombre de "ganfia o gañote" y es el origen de innumerables reyertas.En este punto conviene aclarar la existencia de otros juegos de bolita: "el triangulo, el gayito, la troya, la cuarta". Pasaremos por alto la complicada explicación de sus reglas.El pasto ya ha crecido sobre las canchas. Los chicos ya no tienen las rodillas sucias. Los pantalones de medidas infantiles no tienen bolsillos.El pavimento y las baldosas lo cubren casi todo. Mandeb quizás tenia razón.Existe una conjura universal para impedir el juego de la bolita.Alguien tiene que ocuparse de indagar las razones de este complot y -si es posible- desbaratarlo.Y hay que encontrar los quinientos millones de bolitas perdidas.Hace pocos días, el autor de esta note trato de dar con el frasco donde guardaba unas pocas docenas. No estaba. Tampoco estaba la caja de las chapitas, el álbum de figuritas ni el trompo ni los autitos con masilla.Algo malo debe estar ocurriendo.

viernes, 24 de abril de 2009

Mafalda - Inteligencia y Profundidad

De la pluma de Quino, en plena década del '60 nació Mafalda, una de las mejores historietas argentinas, de todos los tiempos.

Inteligente, Mordaz, irónica, llegó a todos en aquel momento con tal calidad, que su humor, traspasó las fronteras (fue traducida a mas de 30 idiomas) y las épocas, de hecho alguno de sus remates, parecen escritos ayer: (para leer mejor, presionar dentro de cada imagen). Que los disfruten.











jueves, 23 de abril de 2009

Clásico de clásicos - Pink Floyd

Hay quienes prefieren dentro de la amplia discografía de Pink Floyd su disco símbolo Dark Side of the Moon (1973), otros recuerdan la película y se inclinan por The Wall (1979). En mi caso, sin renegar de estos dos, mi preferido siempre ha sido Wish you Were Here (1975). El emocionado homenaje del grupo a un ex miembro que debio alejarse de la música debido al exceso de drogas. De este album, el tema que le da el nombre al mismo es una balada en la que Roger Waters, expresa los sentimientos por su amigo Syd Barret.

La letra, en español y en inglés, y el video del tema interpretado en la reunión que hicieron todos los miembros del grupo (algunos de ellos no se hablaban desde muchos años atrás), en el 2007


SO, SO YOU THINK YOU CAN TELL
HEAVEN FROM HELL
BLUE SKIES FROM PAIN
CAN YOU TELL A GREEN FIELD
FROM A COLD STEEL RAIL?.
A SMILE FROM A VEIL?
DO YOU THINK YOU CAN TELL?
AND DID THEY GET TOU TO TRADE
YOUR HEROS FOR GHOSTS?
HOT ASHES FOR TREES?
HOT AIR FOR A COOL BREEZE?
COLD COMFORT FOR CHANGE?

AND DID YOU EXCHANGE
A WALK FOR A PART IN THE WAR
FOR A LEAD ROLE IN A CAGE?


HOW I WISH, HOW I WISH YOU WERE HERE
WE´RE JUST TWO LOST SOULS
SWIMMINGIN A FISH BOW!
YEAR AFTER YEAR.
RUNNING OVER THE
SAME OLD GROUND.
WHAT HAVE WE FOUND?
THE SAME OLD FEARS.
WISH YOU WERE HERE.

ASÍ QUE CREES QUE SABES DISTINGUIR
EL CIELO DEL INFIERNO
EL CIELO AZUL DEL DOLOR
¿SABES DISTINGUIR UN CAMPO VERDE
DE UN FRÍO RAÍL DE ACERO?
¿UNA SONRISA DE UN VELO?
¿CREES QUE PUEDES DISTINGUIR?
¿CONSIGUIERON HACERTE CAMBIAR
TUS HÉROES POR FANTASMAS?
¿CENIZAS ARDIENTES POR ÁRBOLES?
¿AIRE CALIENTE POR UNA BRISA FRESCA?
¿FRÍO CONFORT POR UN CAMBIO?

Y ¿CAMBIASTE
UN PAPEL PRINCIPAL EN LA GUERRA
POR UN PAPEL PROTAGONISTA EN UNA JAULA?


OJALÁ, OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
SOLO ÉRAMOS DOS ALMAS PERDIDAS
QUE NADAN EN UNA PECERA
AÑO TRAS AÑO
CORRIENDO SIEMPRE SOBRE
EL MISMO VIEJO CAMINO
¿QUE HEMOS ENCONTRADO?
LOS MISMOS MIEDOS DE SIEMPRE
OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.



martes, 21 de abril de 2009

Apuntes del fútbol en Flores - de Alejandro Dolina

En un partido de fútbol caben infinidad de novelescos episodios.Allí reconocemos la fuerza, la velocidad y la destreza del deportista. Pero también el engaño astuto del que amaga una conducta para decidirse por otra. Las sutiles intrigas que preceden al contragolpe. La nobleza y el coraje del que cincha sin renuncios. La lealtad del que socorre a un compañero en dificultades. La traición del que lo abandona. La avaricia de los que no sueltan la pelota. Y en cada jugada, la hidalguía, la soberbia, la inteligencia, la cobardía, la estupidez, la injusticia, la suerte, la burla, la risa o el llanto.Los Hombres Sensibles pensaban que el fútbol era el juego perfecto, y respetaban a los cracks tanto como a los artistas o a los héroes.Se asegura que los muchachos del Ángel Gris tenían un equipo. La opinión general suele identificarlo con el legendario Empalme San Vicente, conocido también como el Cuadro de las Mil Derrotas.Según parece, a través de modestas giras, anduvieron por barriadas hostiles, como Temperley, Caseros, Saavedra, San Miguel, Florencio Varela, San Isidro, Barracas, Liniers, Nuñez, Palermo, Hurlingham o Villa Real.El célebre puntero Héctor Ferrarotti llevó durante muchos años un cuaderno de anotaciones en el que, además de datos estadísticos, hay noticias muy curiosas que vale la pena conocer.

En Villa Rizzo, todos los partidos terminan con la aniquilación del equipo visitante. Si un cuadro tiene la mala ocurrencia de ganar, su destrucción se concreta a modo de venganza. Si el resultado es una igualdad, la biaba obra como desempate. Y si, como ocurre casi siempre, los visitantes pierden, la violencia toma el nombre de castigo a la torpeza.En ciertas ocasiones, los partidos deben suspenderse por la lluvia u otras circunstancias. En ningún caso se extrañara la estrolada, que llegara sin fútbol previo, pura, ayuna de pretextos.

En Caseros hubo una cancha entrañable que tenía un árbol en el medio y que estaba en los terrenos de una casa abandonada.

En un potrero de Palermo, había oculta entre los yuyos una canilla petisa que malograba a los delanteros veloces.

Cierto equipo de Merlo jugaba con una pelota tan pesada que nadie se atrevió nunca a cabecearla.

En un lugar preciso de la cancha de Piraña acecha el demonio. A veces los jugadores pisan el sector infernal, adquieren habilidades secretas, convierten muchos goles, triunfan en Italia, se entregan al lujo y se destruyen.Otras veces los jugadores pisan al revés y se entorpecen, juegan mal, son excluidos del equipo, abandonan el deporte, se entregan al vicio y se destruyen.Hay quienes no pisan jamás el coto del diablo y prosiguen oscuramente sus vidas, padecen desengaños, pierden la fe y se destruyen.Conviene no jugar en la cancha de Piraña.
Las últimas paginas del cuaderno de Ferrarotti contienen historias ajenas. Algunas de ellas muestran un conmovedor afán literario. Veamos.

El tipo que pasaba por ahí

Suele ocurrir en los equipos de barrio que a la hora de comenzar el partido faltan uno o dos jugadores. Casi siempre se recurre a oscuros sujetos que nunca faltan en la vecindad de los potreros. El destino de estos individuos no es envidiable. Deben jugar en puestos ruines, nadie les pasa la pelota y soportan remoquetes de ocasión, como Gordito, Pelado o Celeste, en alusión al color de su camiseta. Si repentinamente llega el jugador que faltaba, se lo reemplaza sin ninguna explicación y ya nadie se acuerda de su existencia.Pero una tarde, en Villa del Parque, los muchachos del Ciclón de Jonte completaron su formación con uno de estos peregrinos anónimos. Y sucedió que el hombre era un genio. Jugaba y hacia jugar. Convirtió seis goles y realizo hazañas inolvidables. Nunca nadie jugó así. A1 terminar el partido se fue en silencio, tal vez en procura de otros desafíos ajenos.Cuando lo buscaron para felicitarlo, ya no estaba. Preguntaron por él a los lugareños, pero nadie lo conocía. Jamás volvieron a verlo.Algunos muchachos del Ciclón de Jonte dicen que era un profesional de primera división, pero nadie se contenta con este juicio. La mayoría ha preferido sospechar que era un ángel que les hizo una gauchada. Desde aquella tarde, todos tratan con más cariño a los comedidos que juegan de relleno.

El juez demasiado justo

El colorado De Felipe era referí. Contra la opinión general que lo acreditó como un bombero de cartel quienes lo conocieron bien juran que nunca hubo un árbitro más justo. Tal vez era demasiado justo.De Felipe no sólo evaluaba las jugadas para ver que sancionaba alguna inacción: sopesaba también las condiciones morales de los jugadores involucrados, sus historias personales, sus merecimientos deportivos y espirituales. Recién entonces decidía. Y siempre procuraría favorecer a los buenos y castigar a los canallas.Jamás iba a cobrarle un penal a un defensor decente y honrado, ni aunque el hombre tomara la pelota con las dos manos. En cambio, los jugadores pérfidos, holgazanes o alcahuetes eran penados a cada intervención. Creía que su silbato no estaba al servicio del reglamento, sino para hacer cumplir los propósitos nobles del universo. Aspiraba a un mundo mejor, donde los pibes melancólicos y soñadores salen campeones y los cancheros y los compadrones se van al descenso.Parece increíble. Sin embargo, todos hemos conocido árbitros de locura inversa, amigos o lacayos de los sobradores, por temor a ser sus víctimas, inflexibles con los débiles y condescendientes con los matones.Una tarde casi lo matan en Ciudadela. Los Hombres Sensibles de Flores se lamentaron no haber estado ahí para hacerse dar una piña en su homenaje.

El patio de las pelotas perdidas

Los demonios ladrones andan merodeando cerca de las canchas. Cuando la pelota se va lejos, la ocultan entre los yuyales o en las zanjas para que los jugadores no puedan encontrarla. Ya en la noche, llevan las pelotas perdidas a un patio secreto.Los demonios realizan además acuerdos infames con vecinos chúcaros. Y en las madrugadas recorren techos, canaletas y terrazas para comprobar su despojo.Nadie lo sabe, pero en el patio están todas las pelotas perdidas: duras reliquias con tiento, flamantes cueros profesionales, humildes "Pulpo' de goma, infames bolas de plástico que doblan en el aire, ásperas veteranas que han conocido mil costurones.Un día entre los días vendrá del sur un duende bienhechor que ha de sacar las pelotas cautivas para devolverlas a sus dueños Y todos sentirán la emoción de revivir viejos piques olvidados.

Instrucciones para elegir en un picado

Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se disponen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quienes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternativamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros son elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector observó que las decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.

El último partido de Rosendo Bottaro

Había jugado muchos años en primera. Ahora, los muchachos lo habían convencido para que integrara un cuadro de barrio en un torneo nocturno.—Con usted Bottaro no podemos perderBottaro no era un pibe, pero tenía clase. Confiaba en su toque, en su gambeta corta, en su tiro certero.Su aparición en la cancha mereció algún comentario erudito:—Ese es Bottaro, el que jugó en Ferro, o en Lanús...Se permitió el lujo de unos malabarismos truncos antes de empezar el partido.La noche era oscura y fría. Las tristes luces de la cancha de Urquiza dejaban amplias llanuras de tinieblas donde los wines hacían maniobras invisibles.En la primera jugada, Bottaro comprendió que estaba viejo. Llegó tarde, y él sabía que la tardanza es lo que denuncia a los mediocres: los cracks llegan a tiempo o no se arriesgan.Pero no se achicó. Fue a buscar juego más atrás y no tuvo suerte. Se mezcló con los delanteros buscando algún cabezazo y la pelota volaba siempre alto.Apeló a su pasta de organizador: gritó con firmeza pidiendo calma o preanunciando jugadas, pero sus vaticinios no se cumplieron. Ya en el segundo tiempo, dejó pasar magistralmente una pelota entre sus piernas pero el que lo acompañaba no entendió la agudeza.Después se sintió cansado. Oyó algunas burlas desde la escasa tribuna. En los últimos minutos no se vio. A decir verdad, cuando terminó el partido, ya no estaba. Lo buscaron para que devolviera su camiseta, pero el hombre había desaparecido. Algunos pensaron que se había extraviado en las sombras del lateral derecho.Esa noche, unos chicos que vendían caramelos en la estación vieron pasar por el caminito de carbonilla a un hombre canoso vestido con casaca roja y pantalón corto.Dicen que iba llorando.

Los Refutadores de Leyendas definen el fútbol como un juego en que veintidós sujetos corren tras de una pelota. La frase, ya clásica, no dice mucho sobre el fútbol, pero deschava sin piedad a quien la formula. El mismo criterio permite afirmar que las novelas de Flaubert son una astuta combinación de papel y tinta. ¡Líbrenos Dios de percibir el mundo con este simple cinismo!El fútbol es —yo también lo creo— el juego perfecto.Hoy que el destino ha querido hacernos campeones mundiales, conviene decirlo apasionadamente.Lejos de las metáforas oficiales que nos invitan a seguir el ejemplo de nuestros futbolistas para encontrar el destino nacional, yo apenas cumplo con homenajear a Bottaro, a Ferrarotti, a Luciano, a los miles de pioneros atorrantes que impartieron una ética, una estética, tal vez una cultura, cuyo inapelable resultado son los goles superiores, memorables, excelentísimos de Diego Maradona.

sábado, 18 de abril de 2009

La boca de otros

El nombre nos llega incluso antes de nacer, cuando nuestra existencia es un mero proyecto. Apenas iniciado el embarazo e incluso mucho antes en algunos casos los padres ya van asignando el futuro nombre a sus hijos.

Esa es toda la incidencia que ellos tienen sobre el mismo. A partir de allí todo depende de cada uno, el modo en que se va ganando un nombre, de respeto, o todo lo contrario.

La diferencia entre un nombre respetado, y otro que no lo es se marca en muchos detalles, por ejemplo, quien está orgulloso de su nombre, suele firmar todo lo que dice o escribe con el mismo. Quien no lo hace, suele ocultarse tras el anonimato, o directamente utiliza la boca de otros para decir las cosas.

Es que un buen nombre, refuerza los dichos, los apuntala y aún en el error, o desde la discrepancia, suele ganar respeto.
El anónimo, o el dicho en boca de otros, produce el efecto contrario, al menos en la gente de bien.

Hoy vemos como muchos periodistas utilizan el recurso de la boca de otros. Ellos no tienen autoridad para decir nada, pues su nombre poco vale, pero necesitan que ciertas cosas sean dichas de todos modos, entonces buscan alguien que las diga por ellos. El ejemplo mas claro es el fenómeno que estamos viviendo en estos últimos días, en los cuales los mediocres, utilizan el dolor ajeno, poniendo un micrófono delante de parientes cercanos y amigos de víctimas de asesinatos y delitos para dar mensajes autoritarios. Ellos dicen aquello que el periodista opina, pero su desvalorizado nombre no le permite sostener. Lo importante, para ellos, es que el mensaje, de todos modos llega, y produce el daño esperado.

Es lo mismo que en los libros de visitas, los foros públicos y los sitios de opinión anónimos. Pocos son los que utilizan su nombre, pues en esos sitios hay muy pocos orgullosos del mismo. Muchos prefieren escudarse en esa virtualidad, escriben lo que opinan, pero no se hacen cargo. En este caso usan el propio intelecto, pero siguen usando otras bocas.

Al hacerlo, no valoran su nombre. Algunos porque saben que si firman, no tienen autoridad moral para opinar sobre nada, otros, por simple cobardía.


Saludos desde Temperley
Tierra de valientes

viernes, 17 de abril de 2009

Cualquiera tiene un Blog

Se supone que en el primer artículo uno debe explicar, o justificarse frente al mundo sobre el desatino de iniciar un blog. Explayarse sobre las motivaciones, desarrollar las razones por las cuales, todos debieran leerme etc.

Trataré de hacerlo.

En primera medida, hace mucho que leo blogs de todo tipo, y muchas veces me vi tentado a escribir uno y, honestamente, no encontré motivos ni ganas suficientes como para arrancar. Quizás debí hacerlo frente a la famosa frase de Juan Pablo Feinmann: "Cualquier pelotudo tiene un blog" y darle para adelante.

Sin embargo esto ni me alcanzaba, ni mucho menos me producía consuelo alguno. Pero.. habiendo transcurrido ya mas de seis meses desde el cierre de mi página de internet, y ante el riesgo que los administradores de dicho sitio resuelvan, por cualquier motivo, darlo de baja, he decidido iniciar un blog para rescatar algunos textos allí publicados, en especial en el blog de Cuentos y en el de Opiniones, y de paso agregar e intercalar alguna opinión nueva. Sin un tema fijo, pero sin dudas, habrá temas recurrentes.

Trataré de hacerlo interesante para el lector desprevenido. De todos modos, si no lo logro entro en las generales de la ley del bueno de don Juan Pablo.

Saludos desde Temperley
La tierra de las Esperanzas